LEÓN XIV: Un Papa para los trabajadores del siglo XXI
Por Andrés AlvarengaLa Iglesia Católica reafirma su compromiso con una visión social y pastoral que encuentra sus raíces en la encíclica Rerum Novarum de León XIII y en el legado reformista de Francisco. El nuevo pontífice, anteriormente el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, no eligió su nombre al azar: al llamarse León, está marcando un camino de continuidad con aquel papa que en 1891 denunció la miseria obrera, defendió la intervención del Estado y respaldó la organización sindical como herramientas para la justicia social.
Con la elección de León XIV, la Iglesia Católica reafirma su compromiso con una visión social y pastoral que encuentra sus raíces en la encíclica Rerum Novarum de León XIII y en el legado reformista de Francisco. El nuevo pontífice, anteriormente el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, no eligió su nombre al azar: al llamarse León, está marcando un camino de continuidad con aquel papa que en 1891 denunció la miseria obrera, defendió la intervención del Estado y respaldó la organización sindical como herramientas para la justicia social.
En su primer discurso desde el balcón de la Basílica de San Pedro, León XIV pronunció palabras que resonaron con fuerza en todos los rincones del mundo:
> “Que la luz de Cristo nos ayude a construir puentes, a caminar juntos, a sanar un mundo herido por la guerra y la injusticia.”
Con un fuerte mensaje de paz, unidad y diálogo, el nuevo Papa no solo llamó a tender puentes entre los pueblos, sino que también rindió homenaje a su predecesor:
> “Agradezco de corazón a Francisco por su entrega, su valentía y su testimonio de una Iglesia humilde, sinodal y al servicio de los últimos.”
Este reconocimiento no es menor. León XIV asume en un contexto global sacudido por el avance de la desigualdad, el debilitamiento de los Estados y el constante ataque a los derechos laborales. Su pontificado se presume progresista, no como una etiqueta política, sino como expresión viva del Evangelio. En sus palabras se intuye una voluntad firme de profundizar la opción por los pobres, de renovar la Doctrina Social de la Iglesia en clave actual, de predicar una fe con compromiso concreto con los descartados del sistema.
Así como Rerum Novarum fue un grito profético contra los excesos del capitalismo liberal, el papado de León XIV puede ser una luz para quienes hoy vuelven a ser marginados: trabajadores precarizados, pueblos empobrecidos, migrantes y comunidades devastadas por conflictos.
El nuevo Papa llega con una trayectoria misionera y pastoral que lo acerca a los territorios, no a los palacios. Se trata de un líder que conoce el dolor de los pueblos del sur global, y que no duda en poner a la Iglesia al servicio de las mayorías silenciadas.
Si algo deja claro León XIV desde el inicio, es que no habrá neutralidad frente a la injusticia. Como León XIII y Francisco, él sabe que la fe no puede ser cómplice del poder económico, sino refugio de los débiles y motor de transformación social.
Su pontificado será una oportunidad histórica para que la Iglesia profundice su vocación popular y militante. Y para quienes todavía piensan que el poder puede construirse sólo desde la farándula o el marketing, León XIV responde con una advertencia clara: sin militancia de verdad, sin compromiso con los de abajo, no hay salvación posible ni para la política ni para la fe.
Andrés Alvarenga.
Pta Partido Igualdad
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