Un peronismo sin señales de revivir

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La fuerza que hasta hace pocos años tuvo el partido de Perón se va diluyendo entre internas y posteos en X . El legendario caudillo no podría ver en lo que se convirtió su legado tras años de gobernar la Argentina.

a fuerza que hasta hace pocos años tuvo el partido de Perón se va diluyendo entre internas y posteos en X . El legendario caudillo no podría ver en lo que se convirtió su legado tras años de gobernar la Argentina. Añejos dirigentes miopes políticos han tomado la batuta y no han podido tocar una melodía sinfónica correcta para el respetable.

Es que con una sociedad decadente en valores propios todo se va al tacho, obviamente incluyendo a los políticos, no a la política que es otra cosa. El peronismo simple y llanamente se fue devorando a sí mismo como serpiente de dos colas. La gente se cansó de las palabras vacías, los sueños sin cumplir y  grandes hechos de corrupción de los que pregonaban honestidad.

La rama camporista dejó un tendal de jóvenes que soñaban ser la renovación justicialista una especie de nueva guerrilla para vindicar a los pobres y tener un objetivo de militancia . Todo eso se escurrió como agua entre los dedos. Pasaron a ocupar lugares en el grande y poblado estado, formando una runfla de dirigentes sin preparación ni conocimientos de sus áreas, acudiendo a cenas y banquetes partidarios sin costo para sus bolsillos y teniendo buenos salarios.

Esa fuerza renovadora del peronismo se mancho de los vicios de sus antecesores que pregonando trabajar para los pobres se hicieron ricos.

La desilusión ronda y cala duro en la verdadera militancia que ve las mismas caras repetidas en todas las elecciones sin chances para el que verdaderamente pone su tiempo y esfuerzo en militar las ideas del general .

Hoy hay que rasguñar en el fondo de la olla para encontrar una figura en el peronismo que pueda ponerse al hombro la bandera que un día enarboló Juan Domingo Perón. La esperanza más visible para parte de la militancia es a nivel nacional Axel Kicillof, el gobernador de la provincia de Buenos Aires que aún con una formación Marxista se acerca más a conceptos peronista, aunque su relación con Cristina Fernández de Kirchner lo haga ver como uno de los Kirchneristas más puro y esto le reste credibilidad ante los ojos de los viejos peronistas más ortodoxos, como puede ser Guillermo Moreno, otro de los sindicados para tomar la bandera hoy caída. Moreno es de la vieja guardia peronista de los que no mutaron en sus convicciones y sigue creyendo en las doctrinas que impulsó el general. Algo bueno que tiene el verborrágico ex secretario de comercio es que no le escapa a la confrontación con los enemigos de esta doctrina y habla y debate con altura variados temas económicos, políticos y sociales defendiendo sus ideas. También el abogado Juan Grabois se ha hecho ver sobre la corriente del peronismo con su organización y plantándose cara a cara con funcionarios del gobierno actual de manera contundente a pesar de los hechos de corrupción que se le han atribuido.

Diría que estas son las figuras que a trasluz hacen escuchar los ahora débiles sonidos peronistas que necesitan una urgente transfusión de ideas nuevas con una gran barra de optimismo. El tiempo corre de prisa y la urgencia asoma día a día.

Eso sí, no va a haber un mago salvador ni sanador de las tropelías pifias y tropelías cometidas . Tal vez buscar la redención sería lo más sano. Acaparar la atención de la gente y demostrar que pueden hacer las cosas mejores que en el pasado debería ser el objetivo. Para eso tendrán que buscar en las bases de los pobres desclasados que ningún gobierno rescató y tomar su voluntad de mejorar como antorcha.

Mientras tanto el gobierno sin oposición y con la lapicera, dictará los pasos de baile de la política nacional e internacional para bien o para mal de los argentinos. Pero bien sé sabe que una democracia sin oposición, no es democracia.

Por Leonel Tornes Antunez
Periodista – San Carlos de Bariloche